En
realidad yo había pasado por allí un ciento de veces. Y nunca me percaté de su
presencia. Mi primera reacción fue pensar que no podía ser que estuvieran allí,
donde yo nunca las vi. Pero estaban. Y dudé. Tanto que pregunté y la respuesta
fue directa a disipar mis dudas. Son icnitas. Y qué, qué tiene de raro. Nada,
salvo que han sido halladas en un barranco próximo al pueblo, capas
sedimentarias del periodo terciario (¿Mioceno?) y no sé si cuaternario, sacadas
a la luz por el efecto erosivo de las aguas del barranco. El animalico, sea el
que sea, nos dejó un “recau”: no sois los primeros. Mensaje recibido.
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