Ya parece que hay solución al misterio de la piedra que no debía estar ahí. A veces lo más inverosímil tiene una explicación lógica. Parece que en este caso ocurre. Pregunté a Alejandro Urmeneta, el biólogo de Bardenas, y desde el principio se inclinó por una explicación que, desde luego, es muy lógica. Al parecer la piedra en cuestión puede proceder de un antiguo horno de peguntero (hornos que obtenían pez para impermeabilizar las vasijas de cuero para contener líquidos, entre otros usos). Pues con tanto calentar y recalentar parece ser que ocurre la formación de estructuras fundidas que, fuera de su entorno, pueden dar lugar a malentendidos.
Los
pegunteros ubicaban sus hornos junto a los barrancos con el fin de deshacerse
más fácilmente de cenizas y escorias. No he encontrado el horno del que puede
proceder, pero esa ya es otra cuestión...
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