domingo, 28 de agosto de 2011

Para hacienda

       En "Caldo de cabeza" aparecen algunos de los muchos modos en los que el ser humano da vueltas y vueltas a lo que le rodea, de modo obsesivo y, a veces, risible. Volverse los sesos agua debería ser consustancial a la condición humana. Yo dudo que lo sea a pesar de todo, que no siempre hay alguien dispuesto a enredarse en sus propios pensamientos para entender el mundo en el que anda.
      Aquí os dejo uno de los relatos que aparecen. No quiero pensar en las razones que me llevan a que sea éste y no otro el que os propongo, no empecemos.


Para hacienda.

            El asesor fiscal llevaba ya dos horas con las cuentas de don Mariano. Anotaba, ponía, quitaba, le daba a la tecla y el simulador daba su veredicto. No parecía ser acorde a lo que don Mariano esperaba. Recordaba entonces el buen hombre unos recibos, una pequeña donación, y le surgía una duda trascendente acerca de la necesidad de informar sobre determinado ingreso, mejor no mentarlo... Y vuelta a anotar, a poner, a quitar, a darle a la tecla. El asesor sudaba tinta. No veía claro lo de don Mariano. Nada claro. Porque las cuentas nunca cuadraban con sus expectativas y siempre recordaba cosas nuevas y volvía a sacar otros papeles y le entraban nuevas dudas. En fin, que el asesor acabó por plantarse. Vamos a hacer una cosa, don Mariano, le dijo, yo me encargo de todo, usted ni se preocupa, yo me hago cargo y le digo los papeles que necesita, sólo una cosa, Don Mariano, por ir atando cabos, usted cuánto quiere que le salga...

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