miércoles, 31 de agosto de 2011

Aquí sí

      
La libertad es, ya lo decía la canción, un rodeo que va dando la cadena. La misma cadena siempre, llena de eslabones que la dan o la quitan, depende. Y depende de tantas cosas que lo que ayer era nuestro derecho se convierte de pronto en nada. Es duro sentir que la libertad ajena se gesta en la pérdida de la propia. Tiene que serlo para el dueño del huerto que, cansado ya, supongo, de soportar el tirón de la cadena que se acorta, decide refugiarse en sus cuarteles de invierno y no duda en advertir de dónde está el límite. Seguro que en casa lo tiene crudo. En el bar, no digamos. Pero aquí, a ver, a ver quién va a venir a aquí a refanfinflarle la fumadica. Avisado queda.


















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