viernes, 19 de agosto de 2011

Secreto

       Abundan los decálogos acerca de lo que es y lo que debe ser un cuento. Hay uno en particular con el que me siento identificado. Sobre su autor quedan algunas dudas. Quiero decir, pensaba que era de Andrés Neuman hasta que hallé noticias de que se adjudicaba la autoría de ese mismo decálogo a Erskine Caldwell. En fin, quienquiera que sea el autor, tengo que reconocer que me sorprendió su criterio. Sobre todo en su primer mandamiento.
       "Contar un cuento es saber guardar un secreto".

       El cuento siempre guarda dentro de sí el alma de un algo que se decide no contar. Aunque es cierto también que debe ser algo que sin sentir se va contando. No sirve desvelarlo todo al final. No sirve si antes no se han sembrado los anticipadores que acaban por dar sentido a todo. Y eso es lo difícil. El narrador de un cuento, mejor, la voz de ese narrador, debe encargarse de mantener su propio misterio y sólo por razones de imperativa necesidad durante el desarrollo del relato se verá obligado a revelarlo, casi siempre con ciertas reticencias y sin prolijas explicaciones.

       Eso es contar un cuento, guardar celosamente el secreto de lo que se cuenta, y a la vez ir entregándolo en dosis tan homeopáticas que sólo al final es posible comprender qué era aquello que de verdad se nos andaba contando.

       Ya veis, fácil ¿no?



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