sábado, 3 de septiembre de 2011

Recital de las Jornadas Judías



El pasado miércoles, 31 de agosto, dentro de las JORNADAS EUROPEAS  DE LA CULTURA JUDÍA en TUDELA, a las siete de la tarde, se celebró un Recital poético con acompañamiento musical sobre los poetas tudelanos Yehuda Ha Levi y Abraham Ibn Ezra. El marco, apropiado para el acto, no pudo ser sino la Plaza Yehuda Ha Levi (Bóveda del Convento de San Antón).
El recital corrió a cargo de miembros de Traslapuente. Pepe Alfaro realizó una breve presentación de los personajes en su momento histórico y antes de cada intervención iba proporcionando las claves que trataban de hacer más comprensible a los oyentes los poemas que iban a escuchar. Recitaron los poemas: Milagros Rubio, Isidro López, Juanjo Valencia y Rafael Rodríguez. La música de laúd corrió a cargo de Jesús Álava.



Abraham Ibn Ezrá

(Con ocasión de la destrucción de las aljamas andalusíes por los almohades. Es el lamento por el fin de la gran época de la cultura hebrea en Al-Andalus.)

¡Ay! Sobre Sefarad ha caído del cielo la desgracia;
“mis ojos, mis ojos vierten aguas”.
Mis ojos lloran, cual manantiales, por la ciudad de Lucena;
libre de tacha, sola, allí vivió la comunidad exiliada,
sin cambio alguno durante mil setenta años.
Más le llegó su día, huyó su población, se quedó viuda,
sin Ley, sin Escrituras, sellada la Misná,
estéril el Talmud, perdió toda su gloria.
Sicarios y hombres violentos van de acá para allá;
El lugar de oración y de alabanza se convirtió en casa de orgía.
Por eso lloro y golpeo las manos; en mi boca hay perpetua elegía.
Sin cesar repito: “¡oh si mi cabeza se tornara aguas!”.

Ay! Sobre Sefarad ha caído del cielo la desgracia;
“mis ojos, mis ojos vierten aguas”.

Mi cabeza rasuraré y gemiré amargamente por la aljama de Sevilla,
por sus príncipes muertos y por sus hijos cautivos,
por sus delicadas hijas, a religión extraña entregadas.
¿Cómo fue abandonada Córdoba y convertida en desolado mar?
Allí sabios y poderosos murieron de hambre y sed.
Ningún judío, ni uno solo, ha quedado en Jaén ni en Almería;
ni en Mallorca ni en Málaga resta refrigerio alguno.
Los judíos que sobrevivieron cruelmente fueron heridos.
Por eso me lamentaré amargamente, y mucho plañiré,
y mis gemidos, a causa de mis dolores, fluirán como aguas.

Ay! Sobre Sefarad ha caído del cielo la desgracia;
“mis ojos, mis ojos vierten aguas”.

JEHUDA HA LEVI   (Poemas de amor y vino)  

1.  Sobre las alas del viento pongo mis saludos
cuando hacia mi amado sopla con el calor del día;
sólo pido que recuerde el día de su partida,
cuando hicimos un pacto de amor junto al manzano.

2.  Graciosa gacela, con tu hermosura me cautivaste,
cruelmente me esclavizaste en tu prisión.
Desde que la ausencia se interpuso entre nosotros
no he encontrado figura comprable a tu belleza.
Saboreo una roja manzana cuyo aroma es como
la fragancia de tu rostro y tu atavío;
tiene la misma forma de tus pechos y el color
de ese rubí que asoma a tus mejillas.
              
3.  La noche en que la joven gacela me descubrió
el sol de sus mejillas y el velo de su pelo,
rojizo cual rubí, cubriendo, sobre
sien de húmedo bedelio, su bella imagen,
se parecía al sol, que cuando despunta enrojece
las nubes del alba con su brillante llama.

4.  La cierva lava sus vestidos en las aguas
de mis lágrimas y los tiende al sol de su esplendor,
No precisa agua de manantiales, pues tiene mis ojos,
ni sol, con la belleza de su figura.




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