domingo, 18 de septiembre de 2011

Río



El río se despierta
en mitad de un silencio luminoso
para que el cielo viaje en el espejo
que lleva al mar.
Las espadañas beben en la orilla
la tibieza del sol
y se mira la fronda
en el azogue oscuro de sus aguas.

2 comentarios:

isidro dijo...

muy bonito y elocuente, hermoso.

Manuel Arriazu dijo...

Gracias, Isidro, por tu comentario. Ya ves que no son sino palabras sencillas para describir una emoción, la que en un momento me asaltó junto a este río nuestro.